Pan y Circo, damas y caballeros. Se ha abierto la veda para la prensa rosa y del paripé y para los medios expertos en alabanzas y panegíricos laudatorio-informativos (versión Casa Real), en sus transcripciones de periodismo gráfico y televisivo.
Con ello quiero dar a entender que tras el pistoletazo de salida provocado por la abdicación del hasta hoy, último Borbón reinante, las rotativas y cadenas de televisión preparan a sus lebreles para que se lancen en picado sobre los próximos acontecimientos que se van a desarrollar, teniendo como principales actores a los miembros y “miembras” de la Real Casta Borbónica.
Yo me pregunto cómo será la ceremonia de entronización del Felipe y la Leti, los inminentes Reyes de España. Y estoy que no vivo, oigan, porque el marujeo más abyecto ha hecho presa en millones de marujas, marujones y súbditos o vasallos monárquicos, ya que, sin apercibirse siquiera, han sido abducidos por la prensa monárquica-canallesca que sabe cómo dorar la amarga píldora de la injusticia social en España, y transformarla en placentero bebedizo con sabor a fresa y a prensa del colorín.
Quizá por eso, a las pocas horas de anunciarse oficialmente la abdicación, las principales plazas de España se llenaron con una variopinta selección de personajes pidiendo a voz en grito el advenimiento de la III República. Craso error. La actual sociedad española no está preparada para tal evento. Nunca lo estuvo.
Entre otros motivos porque el movimiento adventista-republicano español está promovido y dirigido por cuatro perroflautas y tapados políticos en la sombra que no tienen ni pajolera idea de lo que significa la República como sistema político y de gobierno; y por lo tanto de ser y comportarse como un republicano consciente de sus derechos y también de sus obligaciones. Entre otras cosas, porque ni lo han vivido en el pasado, ni nadie se lo ha enseñado en el presente, o no se han tomado la molestia de aprender lo que es una República.
En la manifestación de la Puerta del Sol en Madrid, además de los perroflautas en activo también habían yayoflautas jubilados y pensionistas que enarbolaban banderas tricolores, puño en alto. El izquierdo, está claro. O sea, al estilo comunista. O al modus operandi de Felipe González y demás fauna socialista. Y es que desde siempre, esa peña confunde el culo con las témporas. Ninguno de los allí presentes había vivido siendo adulto en la II República.
Pero que los socialistas en la sombra no se hagan pajas mentales. No estamos ni en 1873 ni en 1931, a pesar que las nuevas generaciones de españoles continúan estando en Babia a nivel político y en el más profundo infierno a nivel educativo y social. Curiosamente, tal y como lo estaban los españoles en aquellos lejanos años. Pero hoy en día el hambre como tal, a nivel general no existe. Antes sí.
Y un pueblo hambriento es capaz de las mayores vilezas. Desde desenganchar los caballos de la carroza de un rey felón llamado Fernando VII y llevarlo en volandas al grito de ¡Vivan las cadenas!, hasta pisotear los derechos humanos y civiles de un Pueblo que no se avino a la destrucción y al asesinato indiscriminado por el simple hecho de ser de derechas o de izquierdas, como ocurrió en nuestra Guerra Civil.
Pero vayamos al grano. Como que nadie me va a consultar si quiero seguir viviendo o no en una monarquía que desde siglos hace aguas, puesto a elegir y como que paga el Pueblo (¿soberano?), prefiero que los fastos y parafernalias que se avecinan sean austeros. Hay que guardar las formas en tiempos de crisis económica e institucional, Que no acontezca lo mismo que les sucedió a Máxima y Guillermo de Orange en la ceremonia de su coronación, carajo.
Que en este famélico país todavía llamado España, por faltar, sólo nos faltaría ver a la Leti disfrazada de reinona de oros y al Felipe envuelto todo él en un manto de armiño como el que portaba Guillermito el de Orange. Eso no, coño. De putadas, las justas, que el horno no está para bollos, joer. Que luego va la plebe y se cabrea, hace añicos el mobiliario urbano, salen los antidisturbios porra en mano y las Urgencias de los hospitales se saturan.
Eso no quiere decir que Felipe y su consorte se vistan para tal evento en un chino del barrio o en los saldos de Alcampo. Ni tampoco que en el banquete oficial se sirva un menú compuesto de entresijos, gallinejas, una de bravas, tortilla de patatas y bocata de calamares. Que tampoco es eso, no vayamos a joderla y dar la imagen de una monarquía que está bajo mínimos, aunque de hecho lo está.
Sin querer meter el dedo en la llaga, yo pienso que ya que para mí la Monarquía es una institución puramente decorativa, me pregunto: ¿Cuánto le va a costar la fiesta y el ágape al Pueblo?... ¿Cómo la vamos a pagar?... ¿De qué bote ''social'' se sacará la pasta?...¿Dónde nos clavarán más recortes y/o impuestos?...¿Quizá metiendo mano al ya esquilmado Fondo de Pensiones de la Seguridad Social?....That is the question.
Que tengan muy en cuenta los futuros reyes, que con una sobria puesta en escena, igual a sus súbditos o plebe en general se les olvida un poco el caso Nóos, Botsuana, Corinna y las mil tropelías financieras protagonizadas a lo largo de su reinado por el rey saliente... A fin de cuentas, eso es lo que quiere la Monarquía Española: hacer borrón y cuenta nueva y reescribir el pasado. Aunque lo llevan crudo porque es un pasado plagado de borrones y errores de bulto.
De todas formas para descartar posibles cambios constitucionales en esa cuenta nueva que pretende abrir la monarquía, el Fiscal General del Estado, Eduardo Torres-Dulce, se ha referido este mismo miércoles a la posibilidad legal de la celebración de una consulta sobre la instauración de una República en España. Y su diagnóstico parece ser inapelable, ya que ha manifestado textualmente que “Lo que no está en la Constitución no existe”. Lo que a uno le da a entender que nuestra Carta Magna se morirá de vieja tal y como está, sin que se produzcan cambios en su estructura.
Como colofón político, la prensa del día indica que Rubalcaba (actuando como perroflautista de Hámelín), se descuelga manifestando que intenta parar una revuelta contra la Monarquía, y lo curioso del caso es que la “revuelta” está siendo gestada por su propio partido como es de rigor, puesto que el ideario político del PSOE, desde su fundación, siempre ha sido republicano.
En fin, pelillos a la mar. Pero los millones de marujas, marujones y súbditos o vasallos monárquicos pendientes del fasto, que no se hagan ilusiones, que lo que van a ver en las pantallas de televisión no debería y no debe ser una emisión desde Disneyworld. Que tengan en cuenta que a la Leti ni se la coronará, ni se la entronizará, ni se la proclamará Reina. Simplemente asumirá la condición de Reina por ser la consorte del Rey.
Y en segundo lugar, al Rey Felipe VI, en España, ni se le coronará ni se le entronizará. Tan sólo se le proclamará Rey ante las Cortes Generales una vez que jure la Constitución. O sea, que por más que los medios informativos quieran hacerlo parecer, los fastos y parafernalias del evento serán simplemente eso: puro teatro representativo.
Y nosotros, los que en lugar de súbditos nos consideramos simplemente ciudadanos no sujetos a real vasallaje, aunque sí víctimas del derecho de pernada en el orden fiscal para el mantenimiento de la Real Casta Borbónica, pues a esperar y sentarnos en la puerta de nuestras casas, aunque a mí particularmente no me agradaría ver pasar ningún cadáver. Simplemente porque el Rey no es mi enemigo. Sólo es un empleado más del Sistema. Eso sí, con un sueldo del carajo, oiga.
A pesar que mis genes son republicanos, yo espero y deseo que el hoy Felipe de Borbón, próximamente a ser llamado Rey Felipe VI, respete la Constitución y haga buen uso de ella asumiendo férreamente sus derechos y obligaciones como General en Jefe de las Fuerzas Armadas. Y que en caso de Rebelión, Sedición o Independentismo en las Autonomías, proceda según manda la Constitución y las Reales Ordenanzas.
Que el futuro Rey tenga presente y no se olvide que la unidad territorial de España, no es negociable.
José Luis de Valero.