jueves, 27 de febrero de 2014

AULLIDOS LEJANOS


Amanece. La luz del alba ahuyenta las tinieblas de la noche mientras mis párpados se abren lentamente, y no precisamente por la claridad que rompe en el horizonte, ya que últimamente los años grises, los meses grises y los días grises cubren con su manto a Hispania. 

Mis sentidos auditivos han percibido rumores de seres vivos que se aproximan a mi lobera. Inquieto, salto al exterior escrutando la lejanía y de repente, rasgando la niebla, veo surgir entre la bruma unas figuras que con paso firme, desafiando el frío glacial que impera en este territorio, avanzan a pecho descubierto abriéndose paso entre las jaras y las zarzas que jalonan este espacio dedicado a la información virtual y a la búsqueda de la concordia, de la verdad y de la justicia. 

El primero en llegar ha sido un viejo lobo y amigo llamado Javier que ha saltado a galope tendido desde tierras pontevedresas acercándose a mí y obsequiándome con un comentario, aunque esta vez ha obviado hacerlo con una de sus maravillosas composiciones en las cuales puede observarse a uno de nuestra raza aullando en verso a la luna llena. 

Tras él, una gentil loba catalana llamada Consol Boix que cual grácil lobezna salta desde Tordera. Experta trabajadora en diversas actividades sociales, ha dejado su impronta con un comentario desde la comunidad Amo España. 

Armando un gran alboroto surge entre la niebla la figura de un lobo llamado Old Nick  reencarnación sin duda de otro gran lobo de las letras como lo fue Quevedo. Experto en rimas y sonetos, no deja títere con cabeza en cada una de sus proclamas. 

Apenas sin pausa, más con el aplomo que le caracteriza, se une al grupo Francisco Espada un viejo y yo casi diría lobo que raya en la santidad, poeta y a la vez benefactor de todas las manadas de lobos sin medios de subsistencia, habidas en la Bética. 

De repente se oye rugir con fiereza a un joven lobo llamado Josele Ruíz que para subsistir tanto él como su esposa y también su cachorro, tuvieron que emigrar allende los mares hasta los pantanosos y siempre problemáticos territorios de Panamá. 

Paco Seijas se une al grupo. Paco es un lobo malagueño con problemas de salud, que está luchando a brazo partido con su dolencia. Pero yo sé que acabará venciéndola. 

Desde los montes de Cantabria se nos une Guillermo Otaño Ortiz, viejo lobo peleón donde los haya, que arremete y carga contra el enemigo cual cosaco. 

El que no podía faltar a la cita era mi viejo amigo y camarada Charneguet  un lobo muy serio y a la vez cachondo que reside en territorio alicantino. Entre nosotros dos nos expresamos con una jerga de aullidos difícil de descifrar para el resto de los mortales. 

También he visto surgir entre la niebla una visión que parecía brotar desde las entrañas del mismísimo Mare Nostrum: Una loba alicantina llamada CANDELA, que salta a nuestra vera con el poderío que le otorga su condición de loba inquieta siempre en acción, agitando como una llama sus poderosos textos al viento de Twitter....una loba que combina la carrera y el ataque con la medicina.......,¡cuántos recuerdos guardo de ella, Dios!,.... 

Hasta un lobo aristócrata llamado ReinhardSven, que aúlla con potencia en Twitter, también conocido por ser el autor de La Legión de los Condenados , fan del escritor Sven Hassel, como también lo soy yo, ha efectuado un salto mortal al vacío agazapándose junto a todos nosotros en esta trinchera excavada a campo abierto. Tiempo atrás, antes de que mi manada fuera disuelta, me cupo la satisfacción de cazar enemigos comunes en su compañía. 

El último lobo en saltar y agazaparse junto a todos nosotros ha sido DORAMAS , un cruzado hispano residente en Gran Canaria que tiene a honra enarbolar su condición y nuestra enseña patria en la entrada de su lobera bautizada con el nombre de su territorio. 

Aprovechando este cónclave lobuno y contestando a la pregunta que DORAMAS dejó en el aire dentro de su comentario-mensaje, quiero manifestar que España no se muere ni lo hará jamás mientras existan seres como él y como nosotros. Hombres y mujeres que defiendan la integridad de su Patria como territorio único e indisoluble. Hombres y mujeres que preserven la honestidad de sus conciencias con la templanza que posee la gente de bien, pero también, llegado el caso, con la fiereza de una manada de lobos que ve peligrar su estatus, sus creencias, sus leyes y que asiste impotente a la destrucción de su hábitat. 

-¿Pero alguien defiende a España? – pregunta uno de la manada. 

-Claro que sí. Tú, y todos nosotros, y los que permiten que cada día nuestros aullidos salgan al aire, y los que nos leen, y los que al hacerlo sienten que también a ellos les ha llegado el momento de empuñar las armas, en este caso las teclas del ordenador, para abrir el arcón de sus sentimientos y hacerlos públicos con dignidad y vergüenza torera. 

Desgraciadamente nuestra generación está asistiendo a una página negra de la Historia. Felones, bellacos y malnacidos han copado los puestos más relevantes de la vida pública, donde los gurús y chamanes nacionalistas y separatistas invocan la memoria de sus ancestros exaltando a las masas a una rebelión contra lo legalmente establecido e intentando hacer pedazos nuestra Carta Magna. 

Por lo tanto nuestro común enemigo está perfectamente definido y no nos queda otra opción que abatirlo. Sin sangre, se entiende. 
A golpe de tecla. 
Son ellos o nosotros. 

José Luis de Valero. 

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lunes, 17 de febrero de 2014

RETORNO AL PASADO


Al igual que Cayo Julio César, puedo decir con orgullo que también yo he cruzado el Rubicón, pero a la inversa, no para entrar en Roma al frente de las legiones, sino para salir de ella en una batida en solitario rumbo a Hispania. De igual forma que César lo hizo, yo musito entre dientes "ALEA JACTA EST": la suerte está echada. 

Tras cruzar el Rubicón me he internado en la Galia y traspasando los Pirineos me he refugiado en los montes astures cobijándome en una remota lobera situada en lo más profundo de los Picos de Europa. Desde aquí atisbo lo que antaño fue un territorio llamado España que permaneció unido durante siglos por vínculos de sangre, de amor y de muerte. Hoy, desde la distancia observo atónito que donde antaño florecía la concordia entre todos los pueblos hispanos, ahora tan sólo se divisan humeantes ruinas provocadas por las acciones políticas de una raza llamada humana. 

Debo aclarar que quien suscribe no pertenece a tal raza. El hecho de que yo esté aquí es debido a una promesa que en su día hice a los míos. Mi manada de lobos hispanos fue perseguida y masacrada por esbirros gubernamentales de común acuerdo con villanos literarios, y al igual que lo hizo el pueblo bíblico por el desierto, toda mi familia se dispersó hasta el último espacio virtual del Universo. Pero yo prometí que algún día regresaría para dar fe de que nuestra presencia en este territorio marcó un hito. Y ese día ha llegado. 

Estoy aquí para cumplir mi promesa. Olfateo, luego existo. Antes de salir de la espesura a campo abierto, observo. Observo a los humanos llamados racionales, cómo se destruyen, cómo aniquilan todo vestigio de vida. Sin duda son una raza maldita. Destruyen su hábitat, sus dioses, sus leyes, sus creencias y de paso se masacran entre ellos. Nuestra raza no hace eso. Cuando nos peleamos entre nosotros, tan sólo marcamos el mordisco, pero jamás nos destruimos. Respetamos y cuidamos nuestro linaje. Ya quedamos pocos, pero estamos unidos. Somos una gran manada que se refugia en ignotas loberas cibernéticas diseminadas por Hispania. 

Todo el mundo cree que para comunicarnos entre nosotros sólo nos cabe aullar. Pero eso es un error del que saldrán algunos de los que me están leyendo, a medida que nos vayan conociendo. Los lobos hispanos llevamos el honor y la bravura impresa a fuego en nuestros genes. Miles de generaciones, miles de guerras y millones de muertos nos avalan. Tenemos a bien defender hasta la muerte nuestras creencias y nuestro territorio, que es tanto como decir nuestra Patria. Y ese es el principal vínculo que nos une. 

Sin embargo también poseemos otras armas. Nuestro sistema de comunicaciones es secreto. Nos reconocemos por la mirada, leyéndonos, incluso leyéndonos el pensamiento, virtud ésta fuera del alcance de los que opinan que todo en este mundo ha de ser políticamente correcto. En nuestras acciones sólo imperan tres leyes: lealtad a nuestra estirpe, defensa del territorio y ataque frontal contra el enemigo. 

Aplasto mi cuerpo contra la tierra y deseo fundirme a ella como hijo suyo que soy. Arribo desde la frondosidad de un plácido bosque que existe tras una de las colinas de Roma, y después de cruzar el Rubicón, casi sin darme cuenta, me encuentro en pleno territorio enemigo. 

Hay que cubrirse, aplastarse contra la tierra para que nadie vea mi sonrojo ni mi llanto por tanta muerte, por tanta sangre, por tanta vileza e ignominia que mancha mi patria hispana. Hay que cubrirse, que los carroñeros andan al acecho y se ceban con los más débiles. Aunque eso no va conmigo. Yo no aúllo. Sólo observo y tras valorar el salto, me lanzo a la yugular de mi presa y a pesar que según dicen, la venganza es un plato que se sirve frío, yo no busco la venganza en estas páginas. 

Sólo busco Justicia y ese es un bien escaso en este pandemonio de nacionalismos en el que se ha convertido mi amada Patria..... por lo que de nuevo me escondo en la espesura aguardando paciente que algún signo de vida procedente de mi antigua manada cibernética venga a sacarme de mi letargo. Sólo entonces volveré a incorporarme a ese minúsculo ejército de rebeldes, con el fin de proseguir en un combate que se me antoja suicida, aunque poco o nada me importa tal hecho. Porque nosotros, los viejos lobos hispanos, estamos acostumbrados y también condenados a batirnos en solitario contra los carroñeros políticos que asolan nuestro territorio. 

José Luis de Valero.