viernes, 5 de noviembre de 2010

YO TAMPOCO TE ESPERO, RATZINGER


Y no te ofendas por ello. Aunque cabe destacar que si yo ostentara la Presidencia del Gobierno de España, sin duda que no escurriría el bulto como dicen que hará el soplapollas de Zapatero, e iría a recibirte al aeropuerto como es de rigor y debe hacerse con cualquier Jefe de Estado, y tras escuchar a pie firme los himnos, después te diría “hasta luego, Lucas, paso de misas y demás parafernalia”.
Pero está muy claro que la corrección política se encuentra a años luz del ilustre soplapollas que pernocta en La Moncloaca, puesto que esa clase de ceremonias protocolarias sólo las aplica de buen grado con sátrapas y dictadores civiles, pero no así con sátrapas y dictadores religiosos como es tu caso.
De todas formas no te podrás quejar por el recibimiento y agasajos con los que vas a ser obsequiado. España siempre fue cuna de la hidalguía, (hoy en día no tanto), y los hidalgos (contadísimos hoy en día), siempre pusieron sus bienes y haciendas al servicio del Reino (y hoy en día más que nunca, Rediós), por lo que los gastos que ocasionará tu visita, cercanos a los tres millones de euros de vellón, los pagará el pueblo soberano, o sea nosotros.
Simplemente el despliegue organizativo y de seguridad asciende a un millón y medio de euros aportados según dicen por las Administraciones Públicas y por el Arzobispado, y también el resto, hasta casi redondear los tres millones, a minucias varias cuya enumeración resultaría un tanto prolija.
A mí no me vale que algunos meapilas apunten que el Estado no financia nada, ya que según afirman, el propio Estado se beneficia de las obras sociales de la Iglesia, o porque también el Estado llena sus arcas con las divisas que les proporciona el Turismo que viene ex profeso a contemplar el arte religioso. A su vez yo les pregunto a los meapilas, de dónde coño sale la pasta con la que la Iglesia financia sus obras sociales y de dónde carajo fluye la pasta que se recauda a tanto la visita catedralicia y a dónde va a parar dicha pasta, si no a la propia Iglesia. Que me lo expliquen, aunque está muy claro: la pasta sale del propio pueblo, sea este practicante católico o no.
Tampoco es de recibo que tu visita pretenda dar a entender que tras ella, las ciudades de Santiago y Barcelona queden señaladas y marcadas para los restos como un monopolio exclusivo de una sola creencia, como pueda serlo la religión católica.
Tienes que reconocer que siendo ayer cardenal y ahora Papa, tú has sido el azote de la Teología de la Liberación. Ayer, como presidente del ex Santo Oficio, Inquisición, o como hoy es llamada “Congregación Para La Doctrina De La Fe”. Los mismos perros con distintos collares.
Como presidente del ex Santo Oficio te convertiste en el depositario de toda la mierda del clero extendida a través del ancho mundo. Por tus manos han pasado y pasan todos los dossiers y los actos más peligrosos, delictivos y execrables cometidos por tus soldados, y no precisamente por los disfrazados fantasmones carnavalescos de tu Guardia Suiza, si no por los cometidos por la soldadesca de tus ensotanados e incluso purpurados acólitos, pillados in fraganti y acusados de pederastia.
Por más discursos paternalistas que ofrezcas en Santiago y Barcelona, a mí no me valen paños calientes. Puesto que los escándalos de tu Iglesia se basan en un cúmulo de errores y de pecados cometidos, no sólo por sacerdotes, si no también por toda la cadena de mando del Estado Vaticano, estarás de acuerdo conmigo que tu Estado está corrompido hasta los cimientos, y que tienes un cáncer que tendrás que extirpar de raíz si es que quieres limpiar tu imagen y la de tu Iglesia.
El sistema de poder de la Iglesia católica está podrido y necesita un cambio rápido y radical. Hay que pasar del silencio más o menos cómplice, a la tolerancia cero. Y otra cosa Ratzinger: no te preocupes tanto por nosotros que sabremos apañárnoslas muy bien sin ti y sin tu Iglesia.
Para refrescarte la memoria te ofrezco parte de un reportaje grabado por la BBC. En él podrás ver y oír la declaración de uno de tus sacerdotes acusándose a si mismo de pederasta, y ofreciendo con pelos y señales su modus operandi para llevarse a un o a una menor al huerto. El cinismo y sangre fría que ofrece en su declaración jurada, pone los pelos de punta.
Lo cojonudo del caso es que este joputa está en libertad y en los registros judiciales no consta como pederasta. Y lo que manda carallo es que ni tú ni todo tu jodido Estado Vaticano tuvisteis la vergüenza, ni de hacerlo público ni de expulsarle de vuestras filas. Fue él mismo quien se dio de baja. Lo que significa que a pesar de ser un maldito pederasta, tiene más vergüenza que todos vosotros.

PEDERASTIA OCULTA POR EL VATICANO
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